Desde 1985
presto mis servicios como profesora en la Universidad de La Laguna,
en Tenerife. En aquella época, llegué a tener grupos
muy numerosos de alumnos y, en muchas ocasiones, me sentía
presa de la ansiedad o del estrés. Todavía
sin haber tomado consciencia de los beneficios que una adecuada respiración
podía brindar a mi vida, instintivamente tomaba tres respiraciones
lentas y profundas antes de entrar en el aula para relajarme. En realidad,
aunque no sabía conscientemente lo que me ocurría, yo
tenía miedo. Tenía miedo a equivocarme, a no poder dar
una respuesta adecuada a las preguntas de los alumnos, a no ser entendida,
miedo a “perder el control” del grupo, a “no dar
la talla”, tenía miedo de utilizar expresiones no apropiadas,
tenía miedo a que se me acercaran demasiado los alumnos,...¡muchos
miedos no conscientes!. Y toda esta situación se complicaba
cuando quería armonizar este aspecto docente con los otros
no docentes de mi trabajo (congresos, reuniones, ponencias, papeleo...)
y con el resto de mi vida. De esta manera, me resultaba muy difícil
disfrutar plenamente de esta bella y honorable profesión.
En 1991, recibí información sobre un método de
respiración consciente, que se conoce con el nombre de Renacimiento
(o Rebirthing) y decidí comenzar a tomar clases para practicarlo.
Actualmente, también me dedico profesionalmente a enseñar
este fantástico recurso.
El
método
A lo largo
de la historia, la respiración se ha considerado una de las
más importantes de las funciones del cuerpo. Está directamente
relacionada con la vida, y es la única de estas funciones que
podemos controlar y modificar a nuestra voluntad. Como
dice Joy Manné, cuando tomamos nuestra primera respiración,
informamos al mundo que estamos vivos, y cuando finalmente dejamos
de respirar, informamos al mundo de nuestra partida. La respiración,
vista así, es un lenguaje. Aunque
existen numerosas técnicas de respiración y he experimentado
algunas de ellas, el método que pretendo describir lo he practicado
de forma continuada desde hace ya más de diez años,
con unos beneficios visibles en todas las áreas de mi vida
y también como docente. Este método se ha designado
con diferentes nombres en los últimos treinta años.
Los más comunes además de Rebirthing y Renacimiento
son: Respiración consciente, Respiración circular y
consciente y Respiración consciente y conectada. Se
trata de una técnica descubierta por Leonard Orr a través
de su experiencia personal, y desarrollada en América a partir
de los años setenta. Según cuentan, Leonard estaba tomando
una sauna y leyó un cartel que le indicaba “no permanecer
más de veinte minutos”. Esto le produjo curiosidad, y
se preguntó qué pasaría si se quedaba durante
más tiempo. Ese mismo día tuvo la primera respuesta.
Salió de la sauna arrastrándose y con unas sensaciones
muy extrañas, tenía visiones de momentos de su primera
infancia y de su propio nacimiento (de donde viene el nombre de la
técnica). Esto tenía que ser una “alucinación”.
Lo cierto es que comenzó a sentirse mejor y mejor, como si
se hubiese quitado un peso de encima,... Estos
fueron los primeros tiempos de la técnica. Más tarde,
se dieron cuenta que era una forma particular de respiración,
y no la sauna, lo que producía todos estos estados no ordinarios
de la consciencia y lo que permitía a la persona sentirse tan
bien. Actualmente, hay una gran comunidad de personas (véase
International Breathwork Foundation), de diferentes formaciones, investigando
lo que sucede con la respiración. Se han realizado mediciones
de las ondas cerebrales, de parámetros sanguíneos, de
los latidos del corazón,... Todavía queda mucho por
descubrir y por explicar. Hemos encontrado formas más “suaves”
de comenzar con la práctica. Las personas que respiramos de
esta manera con continuidad estamos de acuerdo en que ya no podemos
dejar de respirar conscientemente. Se han abierto nuevas puertas interiores
que nos ayudan a vivir mejor.
- Leonard
Orr afirma que el “Rebirthing no es terapia, sino autoperfeccionamiento”.
- La
British Rebirth Society mantiene que se trata de “un instrumento
para la expansión de la vida, complementario con todas las
técnicas de autocuración y de autodesarrollo”.
- Colin
Sisson lo describe como “un proceso de sanación y desarrollo
personal tremendamente poderoso y efectivo que utiliza la respiración
para limpiar el sistema energético mente/cuerpo del estrés,
poniéndonos en libertad para experimentar nuestro flujo natural
de amor, nuestra alegría de vivir y la expresión creativa
de nuestro ser”.
- También
se ha dicho que es “la ciencia para disfrutar de la vida”.
Se trata
de una manera de respirar consciente, relajada, conectada y completa:
Se la llama consciente, porque cuando respiramos ponemos toda la atención
en cómo entra y cómo sale el aire de nuestros pulmones,
y en lo que va sucediendo en nuestro cuerpo en cada instante; relajada,
porque no oponemos ninguna resistencia al aire, ni a su entrada ni
a su salida, permitiendo que fluya sin ningún obstáculo
a través de nosotros; conectada, porque no hacemos pausa entre
la inspiración y la espiración y viceversa, fundiéndose
estos dos movimientos entre ellos; y completa, pues llenamos totalmente
de aire nuestros pulmones, desarrollando de esta manera los músculos
pulmonares correspondientes.
La práctica
Naturalmente,
siempre que nos apetece podemos tomar algunas respiraciones de la
manera descrita en el párrafo anterior, y esto nos ayudará
a relajarnos. Si el lector quiere, puede en estos momentos hacer una
pequeña pausa en esta lectura y tomar cinco respiraciones en
la forma indicada. Para ello, puede sentarse cómodamente con
los dos pies apoyados en el suelo, la espalda recta y las manos en
su regazo. Después de cerrar los ojos, comience a tomar estas
cinco respiraciones profundas, poniendo toda su atención en
el interior de sí mismo, sin que nada externo le desvíe
de su propósito. No tenga prisa, disfrute de cada respiración
como si estuviera descubriendo el proceso respiratorio por primera
vez, descubriendo sus propios límites pulmonares. Puede respirar
por la boca o por la nariz, lo que más fácil le resulte.
Lo importante es respirar. Este
simple ejercicio lo podemos practicar siempre que queramos, no tiene
contraindicaciones, es fácil, no requiere de mucho tiempo para
su realización, es un recurso disponible de forma gratuita
las veinticuatro horas del día. Pruebe unas veces por la nariz
y otras por la boca, juegue con el ritmo respiratorio, vaya unas veces
más despacio y otras más deprisa. Descubra su respiración
sin miedo. Es fácil y, en algunos casos, por ejemplo antes
de entrar en un aula, nos ayuda a centrarnos y a completar con una
tarea antes de empezar con la siguiente. Hay momentos en los que este
pequeño ejercicio nos permite cerrar la boca, para no decir
cosas que un minuto más tarde nos arrepentiríamos de
haber dicho. El objetivo es disfrutar y descubrir este mecanismo que
hemos dado por aprendido. Sin
embargo, cuando decimos que vamos a “tomar una sesión
de respiración” nos referimos a algo bastante diferente
de un ejercicio respiratorio como el anterior. En este caso, al comienzo,
se recomienda la práctica de esta técnica de respiración
con la guía de un profesional con experiencia o renacedor.
Una sesión
completa de respiración supone estar tumbado respirando más
o menos como se ha descrito anteriormente, durante aproximadamente
una hora. En ese tiempo, la persona suele experimentar sensaciones
físicas y emocionales con diferentes grados de intensidad.
Estas sensaciones van desde cosquilleos por diferentes partes del
cuerpo, vibraciones, contracciones, un nudo en la garganta, llanto,
risa, etc. El renacedor brinda seguridad y apoyo, y acompaña
a la persona a través de estos estados hasta su resolución.
En la fase final de la sesión, la persona experimenta una sensación
de liberación y de bienestar y se siente con mejor ánimo.
Hacer generalizaciones
es muy difícil, ya que cada persona tiene sus propias experiencias
interiores y éstas suelen ser muy diferentes. Pero observando
estos procesos desde el exterior, puedo decir que aparentemente hay
mayor acción fisiológica en las primeras cinco o seis
sesiones. A partir de ahí, la persona comienza, digamos, a
integrar el método. En este momento, se le pueden enseñar
variantes de la práctica, de forma que el individuo puede comenzar
a respirar sentado, de pie, e incluso dentro del agua. Generalmente,
recomendamos que la persona se tome con un profesional, un ciclo de
unas diez sesiones para aprender la técnica. Es algo así
como quien va a aprender a conducir un coche. Por supuesto, muchos
de nosotros podríamos aprender a conducir un coche con un buen
libro, pero los monitores de las autoescuelas nos facilitan el aprendizaje
y nos evitan situaciones de riesgo. Algo similar sucede con esta técnica
de respiración: Su simplicidad es enorme, pero asimismo es
sorprendente los efectos que puede producir en la persona.
Cuando la
persona está preparada, entonces puede comenzar a tomar sesiones
por sí misma de una manera regular o cada vez que desee sentirse
mejor. En mi experiencia, no conozco ninguna emoción (llámese
estrés, ansiedad, dolor, rabia, celos,...) que se resista a
una buena sesión de respiración y el resultado...
El
resultado
El objetivo
de esta práctica de respiración es adquirir un hábito
respiratorio sano, que nos permita oxigenar bien nuestro cuerpo. Con
ello, además de beneficiarnos de manera obvia en el ámbito
físico, obtenemos también beneficio en el dominio de
nuestras emociones y en la toma de la conciencia de nuestro mundo
mental. La
respiración despierta los mecanismos de curación naturales
del propio cuerpo: Una correcta respiración puede, incluso,
disolver dolores de espalda, de cabeza, ansiedades, liberar tensiones
y estrés, mejorar la piel y el cabello. Resulta
esencial para personas que necesitan mantenerse hablando durante largo
tiempo, como los docentes. Una respiración apropiada nos permite
producir el sonido y hablar sin molestias posteriores. La
respiración activa un proceso natural de limpieza y purificación,
tanto del cuerpo como de la psique. De hecho, constituye el máximo
sistema excretor del cuerpo, mucho más que sudar, orinar o
defecar. A
escala emocional, suelo hacer la analogía con lo que supone
tomarse una ducha en el ámbito físico. Diariamente nos
exponemos a nosotros mismos, generalmente de una forma inconsciente,
a una amplia gama de emociones. Muchas veces ni nos damos cuenta de
lo “sobrepasados” que nos sentimos. Y así pasa
un día y otro y vamos acumulando todo este material emocional
en algún lugar de nuestra psique. En esta situación,
tomarnos un tiempo para respirar equivale a tomarnos una ducha: La
respiración nos devuelve a nuestro centro; restablece la armonía
natural entre cuerpo, mente y espíritu. Asimismo,
este proceso es una vía muy precisa para acceder a nuestro
mundo íntimo de pensamientos, donde establecemos y desarrollamos
las diferentes percepciones y también las limitaciones a las
que nos vemos, muchas veces, sometidos. La
respiración tiene tanto el poder de traernos al momento presente
como de permitirnos experimentar nuestra dimensión espiritual.
En estos
momentos, la medicina occidental ya está empezando a aceptar
que la unidad mente/cuerpo es real. Y tal vez se demuestre, como sugiere
Gunnel Minett, que “aprender a respirar de manera adecuada podría
ser la llave para acceder al tesoro del potencial que todos poseemos”.
A este respecto, en mi experiencia personal, he podido ser testigo
de la disolución de muchas de las creencias que me impedían
ser como soy, y he podido acompañar a cientos de personas en
sus procesos respiratorios y les he visto “darse cuenta”.
La
propuesta
Para comenzar
a beneficiarse de su propia respiración, puede practicar en
cualquier momento del día que le parezca conveniente el ejercicio
indicado en la sección de “la práctica”.
Si quiere
ir un poco más allá por sí mismo, le presento
un ejercicio que llamamos “veinte respiraciones conectadas”
y que fue propuesto también por Leonard Orr. Lo puede practicar
una vez al día y tampoco tiene contraindicación en la
forma que se presenta. Es totalmente seguro e inofensivo y es bueno
para la salud. Consiste
en cuatro series de cinco respiraciones conectadas.
1. Cuatro respiraciones cortas.
2. Al final de cada serie de cuatro respiraciones cortas: una respiración
profunda.
3. Cuatro respiraciones cortas y una larga, cuatro veces sin detenerse.
4. La respiración se debe hacer por la nariz. Algunas
personas, pueden sentir mareos, sensación de hormigueo en las
manos o en el estómago, o en cualquier otra parte del cuerpo
las primeras veces que lo practiquen. Con la práctica todo
esto desaparecerá.
Y para
terminar, me pregunto: ¿Y cómo puede ayudar
este escrito a los docentes? Quizás la respuesta correcta
sería: De la misma manera que puede ayudar a cualquier otro
profesional, a cualquier otro ser humano. Cuando nos conocemos mejor
y asumimos la responsabilidad de ser como somos, de estar donde estamos
y de hacer lo que hacemos, la experiencia me enseña que ya
no le echo la culpa a nadie de lo que ocurre en mi vida, ni a los
alumnos, ni a los compañeros, ni a la Universidad, ni a la
Sociedad. Hago cada día lo mejor que puedo. Disfruto de cada
momento mucho más. Cuando hay dificultades, las afronto sabiendo
que pueden ser para mí recursos fundamentales de aprendizaje
que la propia vida me ofrece. No lucho, porque me he dado cuenta que
el fruto de la lucha es el dolor. Sé que si algo es para mí,
nada ni nadie me lo puede arrebatar y si no lo es, ¿para qué
iba a luchar? He descubierto la diferencia entre cosas “urgentes”,
“importantes” y “esenciales” y sé qué
es lo que yo quiero. A veces, no coincide con las expectativas que
otros se han hecho de mí, o con lo que personas ilustres piensan
que sería “mejor”, pero eso ya carece de valor.
He comprendido a Einstein cuando decía: “Todo ser humano
tiene el derecho de escuchar a su consciencia y el deber de hacer
lo que su consciencia le dicte”.
Fuentes de información:
Breathe. Revista trimestral inglesa: http://www.breathe-mag.co.uk/
Hendricks, Hay. (1.997). La Respiración Consciente. Editorial
Urano.
International Breathwork Foundation (I.B.F.): http://www.ibfnetwork.com
Manné, Joy. (1.999). Terapia del alma. Editorial Neo Person.
Minett, Gunnel. (2.000). Respiración y Espíritu. Editorial
Kier.
Orr, Leonard (1.989). Rebirthing: Respiración Consciente. Colección
Nueva Era.
Ray, Sondra (1.990). Celebrando la Respiración. Editorial Neo
Person.
ResPiración. Revista trimestral: respiracion@teleline.es
Sisson, Colin (1.990) Rebirthing made easy. Total Press.
Sky, Michael (1.993). Respirando. Editorial Edaf.